Nahir Galarza
Nahir Galarza cumplirá 1.300 días en prisión: "Siento que llevo encerrada una eternidad"
La joven está condenada por haber terminado con la vida de Fernando Pastorizzo.El próximo miércoles, Nahir Galarza cumplirá 1.300 días en prisión. A lo largo de estos más de tres años y medio, la joven de 22 años no dejó de ser noticia debido a varias polémicas que la tuvieron como protagonista.
La oriunda de Gualeguaychú, que se encuentra alojada en la Unidad Penal de Mujeres N° 6 de Paraná, cumple una condena a reclusión perpetua por el crimen de su novio, Fernando Pastorizzo, ocurrido en 2017.

Desde el comienzo, Galarza llamó la atención no solo por lo poco habitual del caso, sino también por todo lo que involucró: un padre policía que quiso incriminarse y hasta la inclusión de un asesor de prensa.
Sin embargo, pese a todas las maniobras, la joven fue acusada y, desde ese momento, se encuentra alojada en una prisión junto a otras reclusas. “Siento que llevo encerrada una eternidad”, contó en una entrevista a Infobae.
Problemas con otras internas
A lo largo del tiempo que lleva en la Unidad Penal, Nahir Galarza no cosechó una buena relación con algunas de sus compañeras. La semana pasada, los efectivos les secuestraron los celulares y la acusaron a ella de haber sido la culpable del hecho.
Previamente, tuvo dos enfrentamientos con dos reclusas, ambas expolicías acusadas por graves delitos. Una de ellas es Griselda Bordeiro, quien aseguró que la joven la amenazó, aunque el hecho fue desmentido.
En 2019, Ludmila Soto, otra policía detenida, la acusó de querer quitarle la vida. Galarza desestimó los hechos y aseguró que su compañera había querido propasarse.
En dicho año, también se la culpó de armar un muñeco de ella para poder escapar del penal, pero la Justicia no pudo comprobarlo. La última polémica estuvo relacionada con unas fotos que se viralizaron en la que se la ve junto a Matías Caudana, un joven que estuvo preso.
Hostilidad y desprestigio
Debido a los constantes hechos en los que se la involucró, los defensores de la joven entrerriana aseguran que los integrantes del servicio penitenciario tienen actitudes distintas con ella que con las demás reclusas.
Un allegado relató que le prohibieron hacer talleres literarios y no le permiten seguir con sus estudios. “Pareciera que quieren que se quede encerrada y no quiera estudiar o hacer actividades para incorporar conocimiento”, expresó.